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Desde este año, el 13 de mayo tiene un nuevo significado para los cucuteños. Gracias a la aprobación del Acuerdo 008 de 2024 por parte del Concejo Municipal, la ciudad celebra por primera vez el Día del Santo Rosario, una fecha que busca fortalecer la espiritualidad y devolver a la comunidad una parte esencial de su identidad religiosa.
La iniciativa fue impulsada por el concejal Edison Contreras Rodríguez, quien encontró inspiración tras su participación en los retiros espirituales de Lazos de Amor Mariano. Según relató el cabildante, su experiencia con el rezo del Santo Rosario le permitió redescubrir el poder de esta oración y su impacto en la vida personal y comunitaria.
“El Santo Rosario es una oración que la Virgen María nos dejó como protección, y es fundamental para reforzar la fe de los cucuteños”, expresó Contreras, quien también hizo énfasis en la necesidad de contrarrestar la pérdida de la devoción católica en la ciudad. “Este proyecto pretende despertar esa fe que ha sido parte fundamental de nuestra historia y cultura”.
Más allá del aspecto religioso, el Acuerdo también tiene un componente cultural y social. En una ciudad marcada por su tradición católica, la práctica del Rosario busca fomentar la unión familiar, la paz y la solidaridad. Contreras subrayó la importancia de cultivar la fe desde el hogar, destacando que “cuando se tiene fe, se mueven montañas”.
Además, en los últimos meses se ha venido consolidando un espacio de oración comunitaria en el corazón de la ciudad. Decenas de personas se reúnen en el Parque Santander para rezar el Santo Rosario, convirtiendo este emblemático lugar en un punto de encuentro espiritual y de fortalecimiento de la fe pública.
Para el concejal, estas celebraciones deben ser momentos de conexión espiritual y de reencuentro con los valores que fortalecen el tejido social de la ciudad.
Con esta nueva conmemoración, Cúcuta reafirma su vínculo con una de las tradiciones más arraigadas del catolicismo. El Día del Santo Rosario no solo será una jornada de oración, sino también una oportunidad para que los cucuteños renueven su esperanza, celebren su fe y fortalezcan lazos que trascienden lo religioso.
Así, el 13 de mayo se convierte en una fecha especial en el calendario local, un símbolo de la fe viva que aún habita en muchos hogares y corazones de esta ciudad fronteriza.
