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En el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Siniestros Viales, organizaciones de la sociedad civil y centros académicos entre ellos la Fundación Ciudad Humana, Despacio, la iniciativa Conduce a 50, vive al 100 de la Universidad de los Andes y Red PaPaz hicieron un llamado urgente al Gobierno Nacional y al Congreso: Colombia vive una tragedia silenciosa que no da tregua.
Las cifras lo confirman. Entre enero y septiembre de 2025, las muertes por siniestros viales aumentaron 5,25% frente al mismo periodo del año anterior. Son 312 personas más que no regresaron a casa. Si la tendencia continúa, el país cerrará el año con el registro más alto de fallecidos en las carreteras de toda su historia.
A nivel global, las Naciones Unidas advierten que 1,19 millones de personas mueren cada año en siniestros viales. En Colombia, una persona pierde la vida cada hora. Y, como insisten los expertos, todas estas muertes son evitables si se prioriza la vida por encima de la velocidad.
El drama vial del país tiene un protagonista claro. Según el Observatorio de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), 3.951 motociclistas han muerto en 2025, equivalentes al 63% del total de víctimas fatales.
La mayoría son jóvenes. 2.683 de ellos tenían entre 15 y 35 años, personas en plena edad productiva. Historias truncadas en segundos, familias marcadas para siempre.
El informe revela además que uno de cada cinco motociclistas falleció tras chocar contra un objeto fijo, sin intervención de otro vehículo, una señal de exceso de velocidad, pérdida de control o falta de pericia.
La crisis no solo se mide en muertes: más de 700.000 motociclistas han resultado heridos en 2025, según la Adres, dejando una estela de discapacidad, gastos médicos y trauma colectivo.
Las mujeres, que en su mayoría se movilizan a pie o en transporte público, siguen siendo especialmente vulnerables. De acuerdo con la ANSV, una de cada tres mujeres fallecidas en las vías era peatona, y el 40% murió atropellada por un motociclista.
En conjunto, peatones, ciclistas y motociclistas los llamados actores viales vulnerables representan el 89% de las muertes en carretera durante 2025.
La situación de los menores es alarmante. En los primeros seis meses de 2025:
- 61 niñas y niños murieron
- 362 resultaron heridos
- El 74,31% vivía en zonas rurales, donde la protección es menor.
Un estudio de la ANSV (2022) ya advertía que el 75% de las lesiones en carro pudieron evitarse si los menores hubieran usado una silla segura. Sin embargo, en Colombia solo 1 de cada 10 niños menores de dos años viaja en un sistema de retención infantil.
Para María Fernanda Ramírez, líder de Seguridad Vial de Despacio, esta realidad es crítica: “La seguridad de los menores depende por completo de decisiones responsables de los adultos”. Reitera que todos los niños menores de 150 cm deben viajar en sillas seguras.
Carolina Piñeros, directora ejecutiva de Red PaPaz, lamenta la falta de avances legislativos:
“No hay avance en la Ley de Sillas Seguras ni en las reglamentaciones técnicas detenidas desde 2022. Es imperdonable que sigamos dejando a niñas y niños expuestos”.
La coalición por la seguridad vial asegura que no se necesitan ideas nuevas, sino aplicar medidas probadas que ya han salvado vidas en otros países. Entre ellas:
- Implementar plenamente la Ley Julián Esteban (Ley 2251 de 2022)
Límites de velocidad de máximo 50 km/h en zonas urbanas y 30 km/h en áreas escolares y residenciales. - Aprobar la Ley de Licencia Responsable
Incluye un sistema de puntos para sancionar reincidencias y una licencia de aprendizaje para conductores novatos. - Regular el transporte de menores en motocicleta
Basado en evidencia científica que proteja a niños y adolescentes en un vehículo catalogado de alto riesgo. - Aprobar la Ley de Sillas Seguras
Obligatoriedad del uso de sistemas de retención infantil para todos los menores con estatura inferior a 150 cm.
La seguridad vial en Colombia dejó de ser un asunto técnico para convertirse en un problema de salud pública y de derechos humanos. Las organizaciones insisten: cada muerte en las vías es evitable.
Mientras no se tomen decisiones firmes, el país seguirá contando víctimas en una crisis que ocurre todos los días, en silencio, a la vuelta de cada esquina.
La pregunta ya no es si sabemos qué hacer, sino cuánto más estamos dispuestos a tolerar.
