
Alemania revivió uno de los casos de abusos sexuales contra huérfanos que ha causado indignación y repudio en la prensa internacional.
Una investigación de la iglesia católica reveló que monjas “vendieron y rentaron” a 175 huérfanos para que fueran abusados por empresarios y sacerdotes durante años.
El informe, describe décadas de abuso sexual infantil a manos de monjas y sacerdotes en la Arquidiócesis de Colonia, Alemania.
Dicho informe es resultado de una demanda que alega que los niños huérfanos que vivían en las pensiones de la Orden de las Hermanas del Divino Redentor fueron vendidos y rentados durante semanas a sacerdotes y hombres de negocios.
Las investigaciones apuntan que los hombres involucrados en la demanda indicaron que cuando eran niños se les negó ser adoptados o enviados a familias porque fueron vendidos por las monjas en un “convento de los horrores”.
Karl Haucke, una de las víctimas, señaló que fue abusado al menos una vez a la semana entre los 11 y los 14 años, a menudo por más de un sacerdote. “No teníamos palabras para describir lo que nos estaban haciendo. Tampoco sabíamos lo que significaba. Y no se detuvo en el dolor físico. Teníamos una clara sensación de humillación y de ser utilizados”, dijo a Deutsche Welle. La víctima dijo que negar a los periodistas el derecho a publicar el informe era «como ser abusado de nuevo».
El obispo Karl-Heinz Wiesmann, quien ahora dirige la arquidiócesis, dijo que el informe de abuso era «tan sangriento» que sería demasiado impactante para hacerlo público. Wiesemann le dijo a la agencia católica de noticias KNA que después de leerlo tuvo que tomarse un mes sabático para recuperarse. “Yo también tengo una energía limitada para las cargas que tengo que llevar”, dijo.
Ahora, varios abogados con acceso al informe de 560 páginas han compartido segmentos con medios de comunicación. El informe menciona a varios hombres de negocios alemanes y clérigos cómplices que “alquilaron” a los niños huérfanos a las monjas que dirigían un convento en Speyer, Alemania, entre los años sesenta y setenta.
Entre los peores casos de abuso se encontraban golpes y las orgías en las que los niños se veían obligados a participar antes de ser devueltos al convento, donde las monjas los castigaban por arrugar la ropa o estar cubiertos de semen.
Según los hallazgos de la investigación interna, alrededor del 80 por ciento de las víctimas de abuso sistemático eran hombres y el 20 por ciento mujeres.
La investigación también encontró que el 80 por ciento de los abusadores fallecieron y 37 abandonaron el sacerdocio o la orden religiosa.
Redacción: Cultura Colectiva.