Cúcuta vuelve a estremecerse tras la captura de Jhosman Arley Cárdenas Pérez, alias ‘Rolo’, en el barrio 7 de Agosto. Es señalado como el responsable del asesinato de Eider Santiago Ortega Contreras, un niño de apenas dos años que, según la investigación, fue golpeado hasta morir solo por llorar.
El crimen ocurrió en julio de 2022, en el barrio La Concordia, y desde entonces el caso había quedado como uno más en las frías estadísticas de violencia intrafamiliar. La autopsia reveló signos de tortura y múltiples lesiones, dejando al descubierto un entorno de maltrato que pasó desapercibido para las autoridades y la comunidad.
Alias ‘Rolo’ enfrenta cargos por homicidio agravado, tortura agravada y violencia intrafamiliar agravada. Sin embargo, su captura, aunque tardía, no borra una pregunta dolorosa: ¿dónde estaban los mecanismos de protección cuando el niño más los necesitaba?
Este no es solo un caso policial. Es una tragedia que expone la negligencia institucional y social frente al maltrato infantil. La justicia ahora tiene la palabra, pero también la tienen los organismos encargados de prevenir que crímenes como este se repitan. Porque ningún niño debería morir así y mucho menos, en el olvido.